martes, 16 de octubre de 2012

Mecanismos de Interrupción del Ciclo de Contacto: 1.INTROYECCIÓN




  CICLO DE CONTACTO  
Sensación --Simbolización--Dirección--Excitación--Acción--Contacto--Satisfacción--Retirada del contacto--Asimilación


En esta entrada os hablo de un concepto de la Terapia Gestalt: la INTROYECCIÓN.

En Terapia Gestalt trabajamos con tres funciones o estructuras del self: el Yo, el Ello y la función Personalidad y a través de las cuales en un caso simple, espontáneo y sano para la persona, constituye las etapas principales que entran a formar parte de sus ajustes creativos a su realidad y entorno, es decir de su experiencia de contacto organismo-entorno ante cada situación vivenciada en su proceso de autoregulación organísmica.

A partir de la función ello, el yo (o ego)  elige, y cuando esta experiencia ha sido vivida por la persona, le lleva a alimentar su función personalidad (todas sus representaciones de quién es ella misma según su propia experiencia/vivencia). Sin embargo, como en el caso de una neurosis, cuando hay una perturbación de la función ello, o personalidad, el yo de la persona estará “perdido” y estas funciones, que actuaban en el ciclo de contacto a través de unas modalidades de contacto a modo de mecanismos sanos/adaptativos, pasan a convertirse en los conocidos como: mecanismos neuróticos, de interrupción del contacto o de defensa (rigidificados) de la persona, interrumpiendo el ciclo del contacto a través de interrupciones del desarrollo espontáneo de éste (que más arriba veíamos a modo didáctico).
          


                INTERRUPCIONES DEL CICLO DE CONTACTO                             (Confluencia neurótica  // Introyección // Proyección //  Retroflexión // Egotismo )                                                   

Hoy vamos a ver una de las modalidades de interrupción del contacto. Repito, hablaré de cuando así funcionan estos mecanismos en la persona en situaciones, por ejemplo, en que se da un “yo neurótico” a partir de perturbaciones en las funciones ello o personalidad del individuo, que van restando espontaneidad a la persona y rigidizando sus percepciones, sus darse cuenta de su realidad, sus elecciones y rechazos, su capacidad de realizar nuevas acciones sanadoras (dándose habitualmente “respuestas obsoletas” que ya no funcionan a la persona) ... como en los casos de una persona neurosis (cuando hay una pérdida de la orientación; una perturbación de una parte de la conciencia de las necesidades de la persona, aunque las necesidades siguen estando en ella, cuando se pierde la capacidad de hacer ajustes creadores o creativos…). En estos casos hay algo “patológico” en el sentido de que el sujeto ya no puedo no hacer lo que hago (y en sus elecciones, sus valores, su personalidad la persona vive repleta de costumbres no cuestionadas, de automatismos paralizantes para ella misma…) y tampoco puedo dejar de hacer como lo está haciendo.


Veamos en palabras de Ángeles Martín, que de forma muy didáctica expone en su libro “Manual Práctico de Psicoterapia Gestalt”, este concepto de introyección.

“El ser humano crece mediante el ejercicio de la capacidad de discriminar, de diferenciar, de elegir y de actuar para satisfacer sus necesidades. Esto se consigue mediante el intercambio continuo entre el organismo y el ambiente, lo cual puede verse distorsionado, en cuyo caso resultaría afectado su buen funcionamiento.

Es fácil observar el proceso de crecimiento mediante la desestructuración, la digestión y la asimilación desde el punto de vista fisiológico. Crecemos y nos mantenemos vivos mediante los alimentos que masticamos y digerimos. El alimento físico, una vez digerido y asimilado, pasa a formar parte de nosotros mismos, convirtiéndonos en huesos, músculos, sangre. Aquellos alimentos que tragamos o engullimos, no porque queremos sino por obligación o por cualquier otra causa, permanecen pesadamente dentro del estómago provocándonos incomodidad, deseos de vomitar y ganas de expulsarlos de nuestro interior. Si reprimimos nuestras náuseas y deseos de deshacernos de ellos, entonces logramos finalmente digerirlos dolorosamente, a veces nos intoxican, llegando al empacho o al cólico.

El proceso psicológico de la asimilación es  muy parecido al proceso fisiológico. Así, por ejemplo, los conceptos, los patrones de conducta, valores morales, éticos, estéticos, políticos, etc., proceden todos del mundo exterior. Y no parece que haya nada que, de algún modo, no proceda del ambiente, como tampoco hay nada del ambiente para lo cual no haya una necesidad organísmica, ya sea ésta física, fisiológica o psicológica. Sin embargo, todos estos conceptos o valores tienen que ser digeridos para convertirse en propios, en partes integradas y que formen parte de nuestra personalidad. Pero si sencillamente aceptamos todo sin críticas, si aceptamos las palabras de los otros, ya se por deber o por ser de buen gusto o educación, entonces permanecen pesadamente en nosotros, como los alimentos sin digerir; continúan siendo cuerpos extraños aunque estén en nuestras mentes y en nuestras conductas. A estos modos de actuar: actitudes, ideas, juicios o evalucaciones sin digerir se los llama INTROYECTOS, y el mecanismo mediante el cual estos cuerpos extraños se agregan a la personalidad se llama INTROYECCIÓN.

La introyección es el mecanismo neurótico mediante el cual incorporamos dentro de nosotros patrones y modos de actuar y pensar que no son verdaderamente nuestros. Y si durante nuestra infancia es un mecanismo de aprendizaje, ya que el niño utiliza la identificación para el aprendizaje y el crecimiento, la introyección indiscriminada lleva a la neurosis."

Nota: Imágenes tomadas de la Revista Gestalt.net

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